Después de
estudiar y comprender varios temas sobre un empleo, en una empresa, sobre todo
corporaciones o empresas medianas y grandes, trabajar en microempresas y
trabajar por cuenta propia, creo que lo mejor, desde mi punto de vista
personal, es trabajar por cuenta propia, ser un freelance.
He
descubierto que las grandes empresas, sobre todo las tradicionales y
familiares, son cotos de poder cerrado, donde ellos deciden, que hará cada
empleado, como y hasta le rigen sus normas de vida, profesional, personal y
hasta familiarmente (Inconcebible, para los nuevos nativos digitales del siglo
21).
Las medianas
empresas, siguen el mismo patrón retrogrado, por lo que se mantiene la tónica
de un férreo control de cada individuo dentro de la empresa, y peor aún, si son
familiares los diferentes directivos, pues ellos caen en contradicciones y la
gente cae con ellos, generando malentendidos y controversias por cuestiones
personales, más que por una política verdadera dentro del esquema de trabajo
empresarial.
Y cuando
llegamos a una pequeña empresa, liderada por un solo hombre, es catastrófico…pues
todo depende de sus decisiones, si son buenas, puede ir bien, pero, cuando toma
decisiones solo en base a su interés, y se equivoca, todo va en declive, pero a
él no se afecta, solo los empleados y personal verán los efectos negativos… aparte
de que quiere controlar también hasta el respiro de quienes trabajan en su
entorno…
Y No, esta época,
de la información y los cambios en tiempo real, es difícil de creer que
tengamos todavía empresas y “empresarios” o comerciantes, que mantengan a otras
personas así… tanto la economía, como las formas “tradicionales” de empleo
están en pleno proceso de transformación, el teletrabajo que llego para
quedarse y hacer su parte en la transformación de nuevos paradigmas, la disminución
de las jornadas laborales(que en países como México y Perú, son de 48 horas y
no solo exceden en tiempo formal, sino también en el informal, donde exigen más
tiempo y pagan menos, pues lo pretenden compensar con tiempo libre y no siempre
cumplen con esa promesa), hacen que mucha gente, comience a ver otras
opciones, incluso migrar a otros países con menos régimen laboral tan absurdo y
poco ajustado a una nueva realidad, que la pandemia libero, como demonios
sueltos que necesitan nutrirse con nuevas formas de vida y de ampliar
horizontes, y con una nueva clase de trabajadores, que no se atan a nadie por
gusto, y si lo hacen es por una necesidad de crecer primero atados, por poco
tiempo y luego liberarse, es lo que veremos después de recomenzar la vida,
postpandemia incluida!
Lo tradicional en las empresas hace
40 años atrás era hacer una vida y ascender en estos entornos antes nombrados,
cuando había la oportunidad, y muchos lo vivimos y lo pasamos…algunos hemos
creado nuestras empresas y visto ir y venir gente, que en su momento también
hicieron lo mismo que estas empresas tradicionales. Otros creamos una empresa
disruptiva, pero a destiempo, y no funciono… Y hoy vemos que ni siendo
empleador, ni empleado, se puede mirar atrás, y hacer lo mismo… y algunos lo
entendimos y nos movemos ahora, como lo va planteando el nuevo ecosistema
laboral, del siglo 21… Ya no más reglas rígidas, ni horarios estrictos, ni
tiempo perdido en largas reuniones improductivas, que solo nos hacen perder
tiempo y aburrirnos, porque nada de lo que se toca es trascendente para lograr
las metas, ni profesionales, ni personales, ni productivas para la misma
empresa… solo son para regañar, criticar y entorpecer las funciones normales
que cada individuo tiene en su quehacer laboral…
Ahora, después de este análisis,
llego a una conclusión: soy quien decido lo que quiero, y eso conlleva
sacrificios, ¡pero también muchas satisfacciones!
Decido con quien trabajar, cual es el
precio por servicio, negociado a veces, pero con beneficios, sino No valdría la
pena. Y adicionalmente solo me muevo, para cosas que tengan algún valor
agregado. Si no hay valor, sencillamente no lo hago.
Puedo integrarme a un grupo de
trabajo, pero soy autónomo en mis decisiones de la forma como trabajo, no me
ciño a horarios, sino a tiempos de entrega por producto o servicio terminado, y
ahora disfruto más mis labores.
He logrado compaginar mi vida
personal, Profesional y familiar, con equilibrio, a veces me surgen preguntas
sobre si sería mejor estar dentro o fuera de las empresas, pero el resultado es
el mismo, y si en verdad quieres algo nuevo, no esperes que otros, sin tu misma
curiosidad y temple, te las pongan en tus tareas, eso NO pasara…
Los ecosistemas cambiaron, las
empresas que no tengan una transformación ahora, en sus políticas tendrán una
tendencia a fracasar o perder talentos, porque nadie aceptara imposiciones por
mucho tiempo, el promedio de tiempo que se mantienen los empleados en una
empresa, en la última década paso de 5 años a 2 años. La retención de talento
se hace ardua para los departamentos de RRHH porque tampoco ellos están ni
preparados ni encausados a mantenerlos, incluso la política de muchas empresas peruanas
es: “que se vaya quien quiera, yo consigo uno más barato y que haga el doble
que el que se fue”, esto lo he oído varias veces, con gente valiosa que se fue
de empresas, y vaya que fue decepcionante escucharlo… en ellas cada persona es
un número, y no vale nada fuera del entorno de la misma empresa…
Lo más importante de esta reflexión
es que vemos que se ha deshumanizado al individuo, se prefiere gente que sea un
autómata, que solo siga órdenes y que trabaje hasta el cansancio sin quejarse ni
emitir opinión sobre su trabajo, so pena de un despido, casi siempre
injustificado, en Perú se prefiere gente sumisa, que no diga nada, que acepte
todo lo que diga el jefe y que se despersonalice, para complacer a los dueños…es
una triste experiencia de empresas locales. Las transnacionales, están
aprendiendo las malas mañas de las locales, aunque mantienen un perfil
corporativo, ¡solo como pantalla!
Y por último los Head-hunter, muchas
veces también fallan en decir cómo quieren los perfiles las empresas, y muchos
perdemos tiempo en una búsqueda más de las veces no fructífera, por lo cual ya dejé
de buscar por perfiles, y más bien trato de encontrar lo que más se parezca a
lo que quiero tener como reto laboral.
Espero, que quienes lleguen a leer
esta reflexión, ayuden a otros a ver, cual es la mejor perspectiva laboral que
cada persona necesita para su desarrollo personal.